El Jilguero; la perdida, la pertenencia y el perdón

John Crowley, director conocido por su trabajo en “Brooklyn” (2015) y “Closed Circuit” (2013), presenta un drama, "El Jilguero"("The Golfinch"), con tintes de suspenso que se basa en la culpa que carga el protagonista desde su infancia, donde un cuadro representa el dolor de la perdida, la necesidad de aferrarse a un momento que ha dejado de ser y no será hasta deje ir a ese pequeño recuerdo que encontrará el perdón y la tranquilidad que tanto ansía.

Theo Decker es un jovencito que sobrevive a un ataque terrorista en un museo en Nueva York; sin embargo, en ese mismo ataque, su madre fallece. A partir de ese momento, ese evento será el punto central de la vida de Theo. Siempre cargando la culpa de sentir él fue el culpable de la muerte de su madre, Theo crecerá siempre guardando un secreto el cual lo remonta a ese fatídico día, donde por un lado le hace recordar a su madre; pero, por el otro, también le muestra los errores de sus acciones.

“El Jilguero” está basada en la novela homónima escrita por Donna Tartt, y así como la novela es sumamente extensa, 1143 páginas; la película resulta larga y con un ritmo sumamente lento. La cinta nos lleva en un juego de recuerdos donde vemos un poco del pasado y luego del presente para ir armando la historia completa, donde vamos descubriendo -poco a poco- el porqué del remordimiento y la pesadumbre del protagonista.

Theo Decker está representado por dos actores, un joven protagonista es Oakes Fegley, mientras que la versión adulta le da vida Ansel Egort. Ambos personajes resultan una buena elección para ambos momentos. En Fegley vemos a un niño que todavía busca la felicidad y aún cuenta con esperanzas, hasta el último momento en que decide huir de su casa. Mientras que Egort nos muestra a un joven más calculador, aunque cansado de una vida donde no se siente libre y en la cual guardar las apariencias resulta ser todo.

“El Jilguero” cuenta a su vez con las actuaciones de Nicole Kidman, que cada vez tiene menos expresividad en el rostro; Jeffrey Wright quien en su pequeño papel tiene un gran peso en la vida de Theo; Luke Wilson como el padre distante y manipulador; y, una maravillosa Sarah Paulson como la madrastra resignada a tener que lidiar con Theo aunque no lo quiera.

La cinta requiere de caer en el juego íntimo de la vida del protagonista, de ver en la historia un cuento de perdón a uno mismo y a las acciones tomadas en momentos críticos, las cuales no siempre resultan ser las mejores. Así como de aquellas historias que vamos formando con aquellas personas a las que encontramos en el camino, algunas que duran para siempre, otras que reencontramos con el tiempo.

Con tintes detectivescos, de suspenso y más que nada drama; “El Jilguero”, es ante todo un recorrido en la vida de un joven que lo único que busca es el perdón, el resarcir una mala decisión y dejar ir para poder entonces ver al futuro y no estar encerrado en el pasado.