Hay personalidades cuyo instinto de destrucción es tan grande que les lleva a parar todo lo que están haciendo para encaminarse a él. Muchas veces para ellos el llegar a la fama es sólo el pretexto para iniciar una caída libre que le libere de eso. Tenemos muchos ejemplos, Britney Spears, Lindsay Lohan y ahora es el turno a la mascadora de chicles oficial de los Grammys, Adele.
La cantante inglesa Adele, anunció que se retirará de la música cuatro o cinco años para dedicarle más tiempo a su relación con Simon Konecki. Un par de días de que se encumbró como la gran ganadora de la noche de los Grammy, Adele ha decidido tirar todo por la borda.
“Si estoy trabajando constantemente, mis relaciones acaban fallando; así que ahora voy a disfrutar del amor. De esa forma, tendré suficiente tiempo para escribir un álbum nuevo que refleje esas experiencias felices. Y más allá de eso, no sé qué voy a hacer. Casarme, tener hijos, plantar un huerto de hortalizas”, contó a la edición estadounidense de Vogue.
Se consideró a sí misma como una novia ejemplar, a la que le gusta cocinar, hacer reír a la gente y disfrutar del sexo. Sin embargo, indicó que “tengo algunos cambios de humor muy repentinos. No es que sea bipolar, pero puedo pasar de decir ‘Dios mío, te amo’ a ‘fuera de mi casa’”.
Adele quiere dejar atrás los temas inspirados en rupturas sentimentales que le han catapultado al éxito para que el público no piense que ella se siente "miserable". Así lo afirma la joven de 23 años en una entrevista publicada por la revista Vogue, en la que subrayó: "No volveré a escribir nunca más un álbum sobre una ruptura. Me he cansado de ser una bruja amargada". "No se trata de si me tratas mal, voy a escribir una canción que te hará el hombre más odiado del mundo", comentó la diva, tras asegurar que algún día le gustaría casarse.
Adele explicó que compuso las canciones de su segundo disco, 21, pensando en su antiguo novio, diez años mayor que ella y cuya identidad ha logrado mantener en secreto.