En 1947 se estrenaría “Un Tranvía llamado Deseo”, obra del dramaturgo Tennessee Williams y que causaría gran revuelo por su mirada sobre el machismo, la fragilidad emocional y la forma en que la sociedad termina haciendo un lado a aquellos no pueden soportar el mundo real, encerrándose en su mundo de fantasía. Ahora llega con una nueva versión y puesta en escena al Teatro Julio Castillo, bajo la dirección de Diego del Río.
La llegada de Blanche DuBois a los cuartuchos donde vive su hermana Stella, casada con Stanley Kowalski desatará una serie de situaciones que poco a poco van escalando hasta llegar a una gran violencia física y emocional.
La nueva versión de “Un Tranvía llamado Deseo” es protagonizada por Marina de Tavira, quien dota de gran fuerza y logra crearle un pasado interesante a su personaje aunque no lo veamos en escena, desafortunadamente, el elenco que la rodea no logra estar a su altura, sobre todo porque es casi imposible escuchar sus diálogos aún estando sentados en segunda fila, la proyección de voz de la mayoría de los que están en escena hace que se torne muy complicado el poder seguir los diálogos y, sobre todo, poder sumergirse en el drama se desarrolla frente a uno.
Es innegable que Diego del Río se arriesga con la puesta en escena, la cual tiene un gran manejo de las luces robóticas en el escenario, aprovechando un escenario casi desnudo para transformarlo en lo que desea, ya sea un baño o un garito, jugando con la forma del escenario y buscando involucrar así al espectador, pero ni la música en vivo ni algunos trucos en escena logran ser suficientes ante lo confuso resulta seguir la historia al no entenderse lo que los actores dicen.
La obra se presenta actualmente en el Teatro Julio Castillo, con un precio de boleto de $150 pesos y la duración es de aproximadamente 170 minutos, hay que señalar que una vez iniciada la función ya no se permite acceso a la sala y que no hay la típica tercera llamada.