Un soldado norteamericano venido a menos roba 2 millones de dólares a un mafioso de ese país, escapa y termina arrestado en México, donde no sólo pierde el dinero sino es encerrado en una de las peores cárceles del país. En ella entabla relación con un niño de diez años y su madre, quienes le recuerdan siempre hay una buena causa para luchar.
Protagonizada por Mel Gibson la película es un recordatorio de que lo mejor que puede hacer el actor es ese cine de acción, sin tramas complicadas y donde la adrenalina esta todo el tiempo a tope, como actor no hay que pedirle dramas sublimes a lo Hamlet, para él la intuición es lo que mejor se le da.
Hace algunos meses se estrenaba Casa De Mi Padre la cual se burlaba de todas las cintas que estereotipan México en aras de una taquilla fácil e historias ramplonas y Atrapen al Gringo (Get The Gringo) ejemplifica de una manera clara ese cine. Un cine donde México siempre es sucio, lleno de corrupción y donde cualquier norteamericano con dinero puede hacer lo que quiera.
Llamada originalmente How I Spent My Summer Vacation y dirigida por el debutante Adrian Grünberg quien había sido el asistente de dirección en las películas Wall Street, El Dinero Nunca Duerme, Edge of Darkness y Apocalypto, la cinta llega a cartelera mexicana después de haber sido exhibida un día, sí, un día en Estados Unidos antes de llegar directamente a VOD. Y hay que ser sinceros, no es porque la película sea mala, simplemente su mercado es aquel donde se desvelan los espectadores en la madrugada y están cambiando de canal hasta que algo más o menos impactante aparece en pantalla.
La trama se sostiene con agujas, los efectos son en algunos momentos parecidos a las cintas hechas directamente para televisión, y sin embargo ejerce la atracción de las cintas ZZZ que logran atrapar a su público, lo mantienen atento a los cliches, los festejan y se sorprenden de ellos como su fuera la primera vez que les vieran.
Lo más lamentable de la película es ver a actores de la talla de Daniel Gimenez Cacho, Jesús Ochoa y hasta el siempre impactante Roberto Sosa interpretando estereotipos mexicanos que denigran la imagen del país y hace cuestionar esos discursos criticando las oportunidades que luego hay para actuar en el cine nacional.
Una cinta divertida pero que sólo acumula cliches y estereotipos, eso sí, nos presenta a Gibson pasando un gran momento como no lo habíamos visto en sus pasadas cintas y nos hace esperar que regrese a la pantalla grande la tan esperada nueva cinta de Arma Mortal.
