Una relación de hermanos muy jodida es lo que nos presenta David Pablos en La Vida Después, desgarrador retrato de una familia actual que se desintegra ante los ojos del espectador sin que éste pueda impedirlo o dejar de verlo. La cinta es la Opera Prima del egresado del Centro de Capacitación Cinematográfica en México y muestra la fragmentación emocional y física de una familia conformada por la madre y sus dos hijos en la provincia mexicana.
Rodrigo y Samuel son dos hermanos que viven con su madre. Las personalidades de ambos son opuestas, uno es más duro y busca madurar demasiado pronto, el otro vive en un mundo aún de sueños infantiles y de apego con su madre. Al llegar uno de ellos a la mayoría de edad, la madre los abandona sin aviso y ellos deciden ir a buscarla.
La Vida Después es una obra dura, sin concesiones, su trama recuerda sin lugar a dudas Las Lágrimas de Pablo Delgado, pero con una visión más oscura, más perversa y cuyo camino es completamente opuesto una de otra. Más allá de que ambas retratan la relación de dos hermanos no hay en realidad puntos de comparación, ni emocional, ni técnicamente. Una es luz y unión, otra es dolor y separación.
David Pablos presenta la desintegración de la familia, lo complicado que resulta el formar parte de ella, el sentir que hay un vínculo que te une cuando en realidad no hay nada en común, nada que te haga parte de ella ni que te haga desear estar en ella.
La cinta narra dos momentos claves de la vida de esta familia, el primero es la muerte del abuelo y el funeral al que acude la familia, en el un olvido del hermano menor desencadena la furia del otro. El segundo es cuando años después la madre abandona a sus hijos y ellos van en su búsqueda. Dos momentos que retratan de forma brutal la relación de los hermanos y que si bien uno parece marcar el inicio de la separación de éstos, el otro confirma su desintegración como familia.
Compleja en su visión, la película se esconde bajo la máscara de una historia sencilla, la cual está llena de simbolismos y de una crudeza que raya en lo obsceno en algunas escenas. La forma en que el hermano mayor provoca a la madre es el reflejo de verse en ella, de reconocer sus miedos, sus traumas en los mismos que ella tiene y en el terror de saber que ese es su futuro. El otro hermano a pesar de lo apegado que esta con ella en realidad es capaz de romper con todo con tal de sobrevivir y seguir su vida a pesar de todo.
La música corre a cargo de Carlo Ayhllón quien en poco tiempo ha logrado marcar con su estilo diversas producciones nacionales, tanto de cine como de televisión, y quien logra llevar al espectador al mood indicado al ser un buen acompañante de lo que vemos en pantalla. La edición también ayuda mucho en el desarrollo de la historia, no es cine de videoclip, y tiene una de las elipsis mejor hechas del cine mexicano al transitar de la infancia a la adolescencia con un simple acompañamiento de luz de un espejo.
La Vida Después es un crudo y devastador relato sobre la desintegración familiar y sobre las dudas que hay al dejarle atrás, es también un duro recordatorio sobre lo que es madurar y el crecer ante la sombra del peso familiar.
Los invitamos a ver el tráiler.
La Vida Después
Director: David Pablos
Guión: Gabriela Vidal / David Pablos
Con: Américo Hollander, Rodrigo Azuela y María Renée Prudencio
Música: Carlo Ayhllón
Estudio: Centro de Capacitación Cinematográfica
Fecha de estreno: TBA
País: México 2013
Duración: 90 minutos