“Lux Æterna” un excesivo pero puntual ensayo visual

Hablar de la nueva cinta de Gaspar Noé, el mediometraje “Lux Æterna” nos obliga a entrar directamente a otro tipo de reseña y aproximación al trabajo. No es una cinta a las que esta acostumbrado el espectador promedio, estamos ante un ensayo visual en el que el director busca establecer una serie de puntos sobre su trabajo y su mirada de la creación mientras denuncia/explota diversas actitudes que ocurren en la industria.

Lux Æterna” abre con un epígrafe que puede considerarse una declaración de guerra al espectador:

Todos gozáis de buena salud, pero ni os imagináis la felicidad suprema que siente un epiléptico un segundo antes de la crisis. Toda la felicidad recibida a lo largo de una vida no la cambiaría por nada del mundo antes esto

(Fiodor Dostoïevski).

Y ese pareciera el objetivo del último tercio de la cinta, donde el espectador es atacado, literalmente, por una bomba de sonidos y luces estroboscópicas de colores que tienen la intención de descontrolar al espectador hasta el hartazgo, llevándole al punto de al cerrar los ojos ver las pestañas de colores o el contorno de los dedos al intentar frenar ese ataque visual de alguno de los colores dominan la pantalla.

Gaspar decide dedicar el primer tercio de la cinta a una charla entre Charlotte Gainsbourg y Béatrice Dalle, quienes dialogan sobre la cinta van a realizar, uno donde al final la bruja será quemada siendo esta la primera escena se realizará. Durante este breve encuentro Noé aprovecha para rendir un breve tributo a “Häxan” de Benjamin Christensen y a dejar clara su admiración al cine de Carl Theodor Dreyer, a quien buscará emular al final de la cinta con referencias directas a “La Passion de Jeanne d'Arc” aunque en otros momentos utiliza fragmentos de “Dies Irae”. Es en esta parte donde deja clara su postura ante la cosificación de la mujer dentro de la industria cinematográfica, donde se busca explotar su físico y minimizar sus aportaciones, donde Dalle puede reflexionar sobre la filmación de “La visione del sabba” de Marco Bellocchio, donde si bien reconoce que la secuencia de la quema le permitió sentirse una diosa, la intrusión del productor fue humillante.

El segundo tercio está dedicado a los minutos previos a la filmación de la secuencia de la quema. Una lucha de poderes entre todos los involucrados en ella para posicionarse en la grabación o sacar algún provecho a futuro, mientras se destaca la constante de atacar a Dalle como la directora del proyecto, con un director de fotografía que se niega a hacerle caso ya que considera indigno acatar órdenes de una directora novata, con reporteros infiltrados, con un productor inexperto. Un coctel para el desastre. Además es donde nos prepara para una de las constantes de su cine, el que nos recuerda el epígrafe en "Climax" donde se dice que todo aquello que podría salir mal, saldrá peor.

El último tercio es la filmación, la cual se sale completamente de control y que para los seguidores del director les da el estridentismo esperan ver en su cine, es aquí donde regresamos a sus colores agresivos, a la coreografía, al caos, a la violencia. Pero es también donde el director deja claro lo que sucede en sus sets, un epígrafe que declara que en el set el director es un dictador. Sin duda excesivo en todo sentido esa parte pero que también reafirma el interés del director para mostrar el control que tiene sobre su trabajo sin supeditarlo a otros intereses, ya sean de espectadores, críticos o productores.

Durante el mediometraje, la pantalla se encuentra casi siempre dividida, donde las tomas se alternan y donde un simple cambio de posición altera todo. Noé juega demasiado con la metaficción al justificar en pantalla las tomas tiene sin ocultar a aquellos manejan el equipo. También es reiterativo su discurso de que si bien el cine nace como entretenimiento es obligación de aquellos lo hacen, el elevarle a arte, dejando clara una postura de rechazo al cine comercial todo el tiempo.

Lux Æterna” es, repito, un ensayo visual que experimenta con el lenguaje cinematográfico, más cercano a un “Adiós al Lenguaje” (Adieu au langage) de Jean-Luc Godard que, a una cinta formal, es una declaración de principios a la par de una declaración de independencia y de propósitos. Gaspar Noé aún tiene cuerda para rato y espero nuestra paciencia fílmica nos permita seguir sentados viendo sus trabajos sin huir antes del final.

Y, como diría Buñuel: “Gracias a dios, soy ateo”, que también cierra los epígrafes de esta cinta.

Los invitamos a ver el tráiler para que tengan una pequeña idea a lo que se enfrentan.

[La cinta no es recomendada para personas fotosensibles]

Lux Æterna

Charlotte Gainsbourg acepta interpretar a una bruja lanzada a la hoguera en la primera película dirigida por Beatrice Dalle. Pero la anárquica organización, los problemas técnicos y los brotes psicóticos sumergen gradualmente el rodaje en un caos de luz eterna.

Director: Gaspar Noé

Guión: Gaspar Noé

Con: Charlotte Gainsbourg, Béatrice Dalle

Distribuidor: Cine Canibal

Fecha de estreno: 23 septiembre 2020 (Francia) 11 junio 2021 (México)

País: Francia 2020

Duración: 51 minutos


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