“El Justiciero 3” a la tercera es la vencida

En la década de los 80 llegó una serie de televisión creada por el guionista Richard Lindheim y el productor Michael Sloan (Battlestar Galactica, Kung Fu: La Leyenda Continúa) donde un agente de inteligencia retirado convertido en detective privado decidía ayudar a sus clientes a igualar sus chances ante los malvados. Su nombre era Robert McCall, mejor conocido como “The Equalizer”, que durante cuatro temporadas contó con un excelente trabajo por parte de Edward Woodward, nominado cinco veces al Emmy por este papel.

Casi tres décadas después de ser estrenada esta serie ‘policial’ de culto, llegó el realizador Antoine Fuqua junto al ganador del Óscar, Denzel Washington, para revivir esta franquicia con drásticos cambios pero que conservaba la esencia de este Justiciero con una entrañable línea moral que, aunque ahora no ejercía como detective privado, seguía con esa inherente vocación de ayudar al prójimo a salir de sus problemas, incluso si eso derivara en eliminar a todos de la faz de la tierra.

Después de dos exitosas entregas y un intento por revivir la serie con Queen Latifah que pasó con más pena que gloria, la dupla de Washington y Fuqua, que se conoció desde la lejana cinta de corrupción policial, “Día de Entrenamiento” (Training Day 2001), colabora por quinta ocasión esta vez para dar un cierre al relato de Robert McCall, que cambia un poco su tono hacia algo más oscuro y violento con “El Justiciero 3: Capítulo Final” (The Equalizer 3), donde el histrión demuestra que puede seguir pateando traseros a diestra y siniestra, incluso a la Camorra italiana.

En esta entrega, McCall se ve envuelto en una última misión en Italia, donde un acto en Sicilia lo lleva malherido hasta la costa napolitana, donde será ayudado y bienvenido por la gente que ahí reside. Sin embargo, su intervención tendrá consecuencias que lo seguirán hasta allá, irrumpiendo no sólo en la paz de sus nuevos amigos sino en la suya. Ante la amenaza de perder su lugar paradisíaco en el que busca dejar atrás al Justiciero de antaño, Robert tendrá que hacer una última corrida para detener a estos mafiosos, ejecutando aquel dicho en latín a la perfección: “si vis pacem, para bellum” (si quieres la paz, prepárate para la guerra).

Una de las peculiaridades de esta última entrega del Justiciero es la reunión de Denzel con una joven actriz que lo acompañó en otra historia policial de traiciones y venganza, “Hombre en Llamas” (Man on Fire, Scott, 2004), Dakota Fanning, que en esta entrega interpreta a la Detective Collins, misma que seguirá el rastro de McCall y con el que hará equipo indirectamente en una subtrama que realmente complica la historia más de lo debido. Aunque es poco su tiempo en cámara, ambos hacen una buena química como este dúo que ofrece dos espectros de la justicia.

El tono de este capítulo final se siente diferente desde el comienzo. Aquí, las muertes ofrecidas por Denzel son más violentas, guturales, mostrando una cara del Justiciero que no habíamos visto anteriormente. Si bien por ahí tenemos el clásico vistazo al reloj y el uso del tiempo como paradoja de lo que se avecina, después se siente como un ajuste de cuentas total el que comienza a ejecutar desde las sombras hasta finalmente sacarlo todo, con un McCall que no teme morir, aunque sepa que todo está en su contra.

Tristemente, los villanos son una gran caricatura, empezando por el capo de la Camorra, pintado por ser un verdadero salvaje, un animal, pero que realmente resulta ser un inútil. No así la figura de su hermano, quien, si demuestra ser una figura amenazante dispuesto a hacer de todo con tal de doblegar las voluntades de los pobladores napolitanos menos, claro está, el del ‘americano metiche’, que constantemente es una piedra en el zapato. Es esta falta de amenaza o peligro ante la furia de un McCall que desea por fin vivir en paz la que de repente desequilibra el relato, pecado que se siente en mayor o peor manera en sus antecesoras.

Volviendo al tono, hay que aplaudirle a Fuqua un gran acierto al dejar de lado ese ambiente de thriller policíaco de acción para de repente darnos una cinta casi de mafia. El director hace referencia a muchísimas cintas del género que van desde “El Padrino” de Coppola hasta “Gomorra” de Garrone, llevando en medio de esta ambientación a un Robert McCall que resulta más canijo que el mismo Corleone. Es el retrato de esa vida criminal la que dota a esta tercera entrega de un aire refrescante donde el espectador recibe su merecida dosis de acción, violencia, peleas y sangre.

Claro está que ese cambio de tono trae pros y contras, pues si bien El Justiciero continúa tratando de emparejar las cosas entre los que no pueden hacer nada al respecto del mal que los rodea, también es cierto que estamos ante una faceta más salvaje de McCall que se sale de lo que era normalmente. Si bien sigue motivado por hacer el bien común, por muy absurdo que ese giro sea al final, se suma a ello algo mucho más personal, algo que crea en Robert un deseo más gutural pues ahora también desea su bien personal, un retiro justo y necesario para un matón profesional con consciencia.

Así, aunque este capítulo final no es perfecto, si ofrece exactamente lo que la franquicia creada en su momento por Lindheim y Sloan proponían, el relato de un tipo que pusiera la balanza del bien contra el mal equilibrada a través de balazos y una sed de justicia en ello. En ello, “El Justiciero” de Fuqua cumple sin mayores pretensiones, mostrando que Denzel bien podría darse un agarrón contra John Wick o cualquier otro de esos matones expertos en dar madrizas simplemente por mantener un balance de las cosas, y sobre todo, por buscar una paz personal.

El Justiciero 3: Capítulo Final” (The Equalizer 3)

El exagente McCall vive ahora retirado en el sur de Italia. No tarda en descubrir que la mafia está extorsionando a sus nuevos amigos, por lo que regresa a la acción para protegerlos.

Director: Antoine Fuqua

Guión: Richard Wenk

Con: Denzel Washington, Dakota Fanning, Eugenio Mastrandrea, David Denman

Distribuidor: Sony Pictures

Fecha de estreno: 01 septiembre 2023 (Estados Unidos) 12 octubre 2023 (México)

País: Estados Unidos 2023

Duración: 109 minutos


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