“Good Boy” nada como un sano pet play para pasar el día

La cuestión del dominio y la sumisión puede ser truculenta, especialmente cuando es un tanto romantizada como en la trilogía de las “50 Sombras de Grey” o cuando deriva en juegos de rol fetichistas dentro del BDSM como el ‘pet play’, donde un ser humano se hace pasar como la mascota canina de otro individuo, actividad que ha crecido en popularidad durante los últimos años.

Sin embargo, el joven realizador noruego Viljar Bøe se enfoca en esa relación entre el mejor amigo del hombre y nuestra especie, mediante una interrogante interesante sobre qué pasaría si esa canino que nos acompaña no estuviera de acuerdo con la forma en que se le educa, entrena y cría. Peor aún, ¿y si esa mascota fuera un hombre disfrazado? He aquí la idea central de “Good Boy”, un thriller que coquetea con el humor negro que nos propone cuestionarnos la cuestión de nuestro lado animal.

Sigrid (la debutante Katrine Lovise Øpstad Fredrikse) es una joven que, en medio del mundo de las citas electrónicas, parece haber encontrado al príncipe encantador de su vida en Christian (Gard Løkke), un multimillonario huérfano que parece cumplir con el prototipo del hombre de los sueños salvo por un pequeño detalle: su peculiar ‘mascota’ de nombre Frank (Nicolai Narvesen Lied), un hombre con traje de perro que obedece fielmente a su amo.

Bøe ofrece un primer acto donde explora la relación entre Christian y Sigrid, creando u a química interesante en la cual hay momentos de auténtico humor negro ante la incomodidad que la chica tiene con la mascota de su novio. Asimismo, el noruego explora el juego de rol como las convenciones de los romances soñados al plantear el arquetipo del hombre perfecto en medio de una situación que da un giro tremendo a la mitad del relato ante una inesperada sorpresa que detona la tensión detrás de este ‘trío’ perfecto.

Es en ese punto donde Viljar, que también edita y fotografía la cinta, se inclina por otro aspecto: el poder de la manipulación y las apariencias que pedazo por pedazo comienzan a caerse hasta plantear un terrorífico juego que remite a la retorcida dinámica de “Funny Games” (1997) del siempre provocador Michael Haneke, creando una atmósfera de incomodidad latente entre los tres personajes dentro de un ambiente de encierro donde las verdaderas intenciones de Christian salen a flote y los ladridos animales comienzan a surgir de otra parte.

Una de las grandes virtudes de este thriller recae en la química entre los protagonistas. Tanto la primeriza Katrine Lovise Øpstad Fredrikse como el experimentado Gard Løkke crean una dinámica de confianza absoluta al inicio. Y es que ambos llevan el peso de la narrativa gracias a la cámara tan intimista que el director pone sobre ellos. Incluso en el punto más terrible de la relación entre ambos, consiguen transmitir la tensión necesaria en un relato efectivo que comprende no debe excederse en su duración.

Asimismo, este suspenso efectivo no duda en criticar al mundo de las citas modernas, donde conocer a un encantador extraño se convierte en un peligro donde la amenaza y las banderas rojas existen pero son ignoradas. Incluso, en el rol de Christian, Bøe examina también los puntos sobre la toxicidad masculina que abunda en los hombres blancos poderosos, aquellos que hacen las cosas a su manera, sin importar lo bizarra que sea. Esa de construcción peligrosa del niño rico es el motor para la sensación perversa de todo el segundo acto y su desenlace inesperado.

Otro gran acierto de “Good Boy” es mantener el balance entre ese primer acto de humor negro y la oscuridad perversa en la que deriva para la segunda final y su desenlace brutal. Si bien deja de lado algunas exploraciones psicológicas que pudieron darle mayores capas a la historia, el relato cumple a pesar de caer en ciertos convencionalismos del género hacia el final, no sin dejar de cuestionarnos sobre la verdadera naturaleza animal que existe entre nosotros y esas relaciones que, detrás de la aparente perfección, ocultan la verdadera cara de nuestro comportamiento, mismo que puede ser más feroz que el de una mascota en absoluta sumisión.

Así, “Good Boy” se toma su tiempo en soltar la gran mordida, dejando de lado la sangre o la violencia para ejercer un horror más realista, uno en donde el peligro de vivir lo que Sigrid pasa se siente auténtico. Esto, acompañado de su minimalista puesta en escena y los aires siniestros que no necesitan de algo sobrenatural ni del habitual recurso barato del jump scare para ocasionarnos un impacto, sino meramente de un miedo mucho más terrenal, hacen que esta pieza de género noruega impacte con cierta furia y sorpresa entregando un final perturbadoramente memorable.

Los invitamos a ver el tráiler.

Good Boy

Dirección: Viljar Bøe

Guión: Viljar Bøe

Con: Gard Løkke, Katrine Lovise Øpstad Fredriksen, Nicolai Narvesen Lied

 

Distribuidor: Dark Side Distribution

Fecha de estreno: 25 octubre 2022 (Noruega) 23 mayo 2024 (México)

País: Noruega 2022

Duración: 76 minutos


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