"El Ladrón de Perros" en búsqueda de la aceptación

 

Parece imperante que el cine latinoamericano termine narrando historias que rozan la pobreza y lo que provoca en aquellos viven bajo ese entorno, muchas veces instalándose en lo que se conoce como pornomiseria o rayando en ella, de éstas últimas, algunas logran esquivar con gran éxito el caer en los clichés de ello y convertirse en algo más que logra ir más allá y trascender en otros terrenos, tal es el caso de la cinta “El Ladrón de Perros”.

Martín es un lustrabotas que trabaja en las calles de La Paz, Bolivia. Desde hace un tiempo, Gladys, una vieja amiga de la difunta madre de Martín, les da refugio a él y a su amigo Sombras en una casa donde trabaja como empleada doméstica para una señora adinerada con Alzheimer. Movido por su imaginación y algunos rumores de Gladys, el lustrabotas comienza a sospechar que uno de sus mejores clientes, el sastre Novoa, es su padre. Decidido a crearse un vínculo con él secuestra su perro buscando, con ello, comprobar sus ideas y conseguir su reconocimiento.

Dirigida por Vinko Tomicic, “El Ladrón de Perros” es una cinta que se apoya, principalmente, en la gran intuición de su realizador para llevarnos a una historia que podría sonar trillada o sin importancia, para convertirla en un devastador relato sobre la búsqueda de identidad y la soledad, todo mientras crea algunas referencias visuales obvias por momentos, pero efectivas, como cuando el perro y Martín comparten una cadena mientras descansan en el suelo.

Ambientada en Bolivia, la cinta sirve como un retrato de las diferencias sociales que dominan el lugar, es llamativo, por ejemplo, que los lustra zapatos usen un pasamontaña para ocultar su rostro y así se busque evitar se les trate con desprecio cuando no lo traen resulta hasta doloroso, también el recorrer los contrastes de las zonas de la ciudad, los deshuesaderos de autos.

La cinta descansa principalmente en Franklin Aro, debutante que con su mirada logra trasmitirnos el dolor que se desarrolla en su interior, somos participes con él de su deseo de ser reconocido, de con ello superar la partida de su madre, de sentirse miembro de una sociedad que lo segrega y que, conforme crece, lo hace aún más a un lado. La secuencia final, eco de aquella con la que inicia la cinta, no deja al espectador impávido, la mueve, le destroza. Acompañándole tenemos la experiencia de Alfredo Castro, quien, como el sastre, da un valioso retrato de la clase media bolivariana y que, deberá tomar decisiones que pueden costarle mucho, no sólo económicamente sino anímicamente.

El Ladrón de Perros” muestra como la sociedad ha hallado en el dolor del otro una forma de sobrevivir, que no hay empatía y que sólo se busca lo que le sirva a uno sin pensar en el otro. Es una cinta entrañable y poderosa, con un tema que invita al debate y voltear a ver al otro y reconocerle en sus dolores y alegrías.

Los invitamos a ver el tráiler y una entrevista con su director.

El Ladrón de Perros

Dirección: Vinko Tomicic Salinas

Guión: Vinko Tomicic Salinas

Con: Alfredo Castro, Franklin Aro, Teresa Ruiz, María Luque, Julio César Altamirano, Ninón Dávalos

País: Bolivia / Chile / México / Ecuador

Duración: 90 minutos


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