Directo de España nos llega El Circo de los Horrores, primera parte de una trilogía que se complementa con Cabaret Maldito y Manicomio, un espectáculo visual que muestra los nuevos derroteros que está siguiendo el circo, el cual ya no se queda en las carpas sino que busca distintos escenarios donde mostrar su espectáculo.
Quienes acudan al show que se presenta en el Gran Teatro Moliere en espera de ver una obra de teatro o un acto de cabaret se llevará una grata sorpresa al ver un espectáculo de circo, el cual esta creado a partir de la idea de un freak show, cada cual con su personalidad, su característica principal, logra captar la atención del público.
La atmósfera no comienza cuando se dan las tres llamadas, se da desde que uno pone un pie en el lobby del lugar, el cual está decorado con tumbas, gárgolas, lleno de hielo seco y, lo peor, lleno de psicópatas que buscan llamar tu atención, algunos con camisa de fuerza, otros con sierras eléctricas u otros instrumentos. Una vez que logras dejarles atrás y entrar al teatro, la locura se intensifica, la escasa visibilidad es alterada por el ruido de motores, de risas, de gritos, de sobresaltos aunque estés en tu lugar.
Dividido en dos actos de una hora aproximada cada uno y un intermedio de 15 minutos, el tiempo deja de sentirse desde el momento que la tercera llamada te invita a un ritual para revivir muertos, para despertar demonios, para prepararte ante lo desconocido. Y lo logran. En escena vemos actos que nos sorprenden, que nos logran poner de pie y aplaudir a la par que nos aterrorizan y fascinan con sus toques de perversión.
Dentro de los actos destacados tenemos a los acróbatas que juegan con fuego y a las contorsionistas que parece no tienen un solo hueso en el cuerpo, los que juegan con boleas y quien sostiene su peso con su cabello. No pueden faltar los malditos payasos (o en esta ocasión los payasos malditos) ni la perturbadora enana que puede causarte escalofríos con sus palabras.
El Circo de los Horrores nos muestra la evolución que ha tenido el circo, dejando atrás las carpas pero encontrando su acomodo en otros escenarios, dejando de ser entretenimiento paras las masas para volverse lugar de reunión de privilegiados, quienes pueden pagar los costos. Cierto, ya no hay animales pero tampoco hay familias enteras viendo estos espectáculos, y no porque no les interesen o no valgan la pena, ya que lo valen, pero no hay poder adquisitivo para hacerlo. Los precios no son baratos, van de $320 a $810 pero vale la pena el costo, en cualquier lugar se tiene una buena visión de lo que ocurre en el escenario, hasta en los laterales, aunque sin duda los mejores lugares son los que ven de frente.
El Circo de los Horrores se presenta en corta temporada en el Gran Teatro Moliere.