Dos amigos de la infancia se ven separados al crecer por las diferencias económicas de su familia. Ambos coinciden en un seminario donde uno de ellos permanecerá y se convertirá en una de las figuras más tenebrosas del cristianismo, el otro se involucrará en las batallas de la Guerra Civil Española donde se verá forzado a forjarse su destino.
La nueva película de Roland Joffé nos lleva a conocer el origen de José Maria de Escrivá, creador del Opus Dei y a presenciar la brutalidad de la Guerra Civil Española, ambas desde un punto de vista muy corto y que nos obliga a preguntarnos qué fue de ese gran director que nos obsequió Los Gritos del Silencio (The Killing Fields 1984).
La cinta busca narrar desde dos puntos de vista contrapuestos la lucha por el amor, el control del destino y la fuerza por realizar lo que uno desea. Lamentablemente la película se ve afectada por actuaciones pobres, diálogos de telenovela barata y un burdo intento de manejar la imagen de Escrivá como un ser puro y limpio que choca con su historia de apoyo a Franco y a Hitler.
La película muestra como contrapartida a la pureza de Escrivá y sus ideales a Manolo Torres que deja la amistad de niños con el primero ante la pobreza de este, cuando coinciden en el seminario lo abandona por una vida mundana y se une como espía a las filas de los republicanos para reportar a los nacionalistas los avances de estos. Un ser lleno de envidia y sin sentimientos que termina cegado por el deseo a una mujer que lo lleva a vivir toda su vida con su recuerdo. Si bien los personajes asumen que lo hecho por Manolo por su objeto del deseo es amor, sólo demuestra lo mal construida esta esa parte de la historia, lo fallido de sus intenciones y lo risible resulta en el resultado final.
La película no narra nada de la polémica del Opus Dei o de la importancia de los ideales que se enfrentaron durante la Guerra Civil, de una manera poco sutil toma el bando de los vencedores, haciendo hincapié en la brutal represión sucedida contra los miembros de la iglesia católica (y justificando de alguna manera así el saber que estos apoyen al gobierno franquista).
La película sólo se atreve a decir una vez Opus Dei y jamás intenta ahondar en la organización y la manera se financia y consigue su poder.
Secretos de Pasión es protagonizada por Wes Bentley, Rodrigo Santoro, Charlie Cox y Olga Kurylenko, con fotografia de Gabriel Beristaín.
Si bien a México llegó una versión más ligera y con media hora menos de duración, la película se siente lenta, sin que atrape al espectador. Un evítele a menos que le agrade consumir la basura que la derecha en el mundo está promoviendo para implementar de manera obligada a la religión católica en el mundo.