“Cosas que no hacemos” el segundo largometraje documental de Bruno Santamaría (Margarita 2016) nos lleva a El Roblito, un poblado situado en el límite de Nayarit y Sinaloa, un lugar donde los adultos trabajan fuera de la región lo que ha hecho que los niños parezcan vivir en un mundo aparte, un trabajo que si bien podía decantarse por narrar la forma en que la violencia asola el país afecta a los menores, se enfila en cambio a mostrarnos como la inocencia infantil sobresale y, sobre todo, nos lleva a ver como las familias tradicionales del lugar afrentan a aquellos no encajan en su idea de lo que debe ser normal.
El trabajo encuentra en Arturo, Ñoño, el alma del trabajo, un joven de 14 años que guarda un secreto para su familia, le gusta vestirse de mujer, alejado de todos, disfrutando el sentirse libre, siendo él, cuando lo realiza. A través del documental lo seguimos en su casa, en el trabajo, en su intimidad, siendo testigos de la lucha atraviesa para armarse de fuerza y confiarle a su familia su secreto, buscando la aprobación paterna para lograrlo, siendo este punto el culminante de este relato, donde somos testigos de la reacción del padre, donde podemos cortar la tensión del momento, donde el alma se apachurra y nos hace gritar. Pocas veces encontramos momentos tan íntimos y que ilustran la lucha contra las tradiciones como éste en el cine nacional.
Bruno tiene el gran acierto de grabar las actividades cotidianas como si fueran excepcionales, desde las clases que toman los infantes, sus juegos, mostrando un lugar que podría ser paradisiaco si no fuera por la violencia de golpe aparece, la sangre que queda en las canchas tras el hecho, y que no se convierte en el centro del trabajo, sino solo como un apunte para no olvidar lo precario, un brutal golpe de realidad que nos enseña lo normalizada comienza a ser la situación, con niños ya no se espantan ante ella.
“Cosas que no hacemos” nos invita a reflexionar sobre lo complicado que es ser niño en la actualidad en regiones donde la violencia deja cada vez menos espacio para los juegos y sueños, donde lo tradicional choca con los deseos de libertad, donde la familia es un lugar donde te puedes refugiar o te hace huir de ello. Un trabajo excepcional.
La cinta se ha exhibido en Ambulante y en el Festival Internacional de Cine de Guanajuato, donde tuvo una presentación en el Aquacinema.
“Cosas que no hacemos”
Dir Bruno Santamaria
Duración: 71 minutos
México 2020
