El cine protagonizado por niños, en México, suele caer en el error de querer hacerles actuar como adultos, olvidando el lado infantil de sus acciones y pensamientos, lo que ocasiona que la mayoría de las cintas que se enfocan a esto fracasen en todos los sentidos, si le sumamos un elemento religioso, las ganas de huir de ellas son inmediatas ante lo que podría parecer un caso de adoctrinamiento ideológico enfocado a los menores, por lo que una cinta como “Emma” resulta una rareza que además logra algo casi inaudito con este tipo de películas, entretener.
Emma tiene ocho años y estudia la primaria en un colegio religioso, un día, tras recibir un golpe con una pelota, tiene una epifanía, debe ser santa. Cuando a su escuela ingresa un niño que declara abiertamente que no cree en dios, toma como reto personal el hacerle cambiar su opinión, pero en el camino ella descubre el verdadero significado de la fe.