Bugonia o cuando la realidad se convierte en mito

Una vez más, Yorgos Lanthimos nos trae un film que, aunque aún no se ha estrenado en México, ya está dando mucho de qué hablar en las redes sociales. Más allá de hacer una reseña prematura, lo que me gustaría compartir son las reflexiones que me generó, para que cuando la veas, podamos abrir la conversación, y veamos si coincides conmigo o, como siempre, hice un meta juego (usando el argot rolero), que nada qué ver.

En términos generales, Bugonia (2025) nos cuenta la obsesión de dos jóvenes que aseguran tener información privilegiada o que son los únicos que han descifrado los verdaderos secretos del mundo y, por tanto, sólo ellos pueden detener la amenaza que atenta contra la humanidad y el planeta entero. Por esta razón, deciden secuestrar a una de las líderes enemigas para intentar convencerla de que les consiga una reunión con la cabeza del grupo que amenaza nuestro mundo.

En este contexto, se desarrolla una intensa y simpática historia que me ha dejado horas reflexionando y encontrando escenarios mucho más cercanos a la realidad de lo que parece a primera vista.

Durante gran parte de la película, hice un esfuerzo por no dejarme influir por las risas desubicadas del público en la sala, o por la fotografía. En resumen, intenté dejarme fluir en la trama y experimentar las emociones de los personajes principales, lo cual me llevó a pensar en qué tenía qué ver el mito griego con esta historia.

Y para que no queden dudas, aclaro que “bugonia” se refiere a una creencia popular de la antigua Grecia, en la cual las abejas nacían por generación espontánea a partir del cadáver de un buey que se daba en sacrificio, quizá simbolizando que de la muerte nace la vida. Pero más allá de si esto se cumple o no en la película, se me antoja pensar que las últimas escenas están más relacionadas al principio de la interpretación de la existencia, que al mito en sí mismo.

Los mitos, como todas y todos sabemos, surgieron en parte para tratar de esclarecer fenómenos inexplicables por el saber humano en aquellos momentos y en parte para transmitir los conocimientos, por rudimentarios que fueran, a las siguientes generaciones. Sin embargo, no todos los mitos tienen un fundamento real o científico, y gracias al avance intelectual de la humanidad, aprendimos que la generación espontánea no existe, que la tierra no es plana y que las abejas no son drones controlados por el gobierno… ¿o no?

Y esto es lo que verdaderamente me cautivó de la propuesta de Lanthimos. En mí opinión, es una gran burla al siglo XXI, una burla a los contrastes tan radicales que vivimos hoy. Tenemos lugares con tecnología de punta donde se desarrollan los más grandes y revolucionarios inventos para el pensamiento humano, y por otro lado, tenemos a los tin foil hatters, o como los conocemos en español, los conspiranoicos, que desde las computadoras de sus sótanos, reinterpretan la realidad desconfiando de todo y de todos, incluso pensando que los pájaros no existen y las palomas son drones controlados por el gobierno para espiarnos.

Entonces, ¿qué está pasando? ¿Por qué si, para los griegos, los mitos permitían entender la realidad y aquellos fenómenos que la incipiente ciencia no alcanzaba a explicar, para la sociedad actual, al menos para una parte de ella, la realidad y los avances científicos son los mitos modernos que intentan ocultar una realidad que sólo pocas personas en el mundo entienden o conocen?

Toda esta maraña, me recuerda a una cita de Theodor W. Adorno, que en 1975, en su texto Bajo el signo de los astros (2011), dice:

El semierudito quiere comprender vagamente y se ve también conducido por el deseo narcisista de mostrarse superior a la gente sencilla, pero no está en posición de realizar operaciones intelectuales. A él, la astrología, al igual que otras creencias irracionales, como el racismo, le suministra un atajo, reduciendo lo complejo a una fórmula manejable y ofreciendo al mismo tiempo la placentera gratificación de que él, que se siente excluido de los privilegios educacionales, pertenece, no obstante, a la minoría de quienes están «en posesión del conocimiento».

Me da mucho pesar coincidir con Adorno, y peor aún, constatar que cada una de sus palabras siguen siendo verdaderas, incluso en el cine, cuando el público reía frente a escenas que constituyen todas las violaciones a derechos humanos juntas; o al terminar, cuando la opinión de algunos se reducía a “yo que conozco toda la filmografía de…”, ocasionando que la experiencia estética de las reflexiones y sentimientos que la película genera se pierda por una mera demostración de erudición. Abandonamos el interés por pensar y recurrimos a la placentera, pero momentánea, gratificación de sentir que sabemos más que los demás.

En conclusión: por favor, vayan a ver Bugonia, déjense fluir por la historia y platiquen mucho sobre la película. Es una maravillosa experiencia.

Referencias:

ADORNO, Theodor W. (2011). “Bajo el signo de los astros”, en Escritos sociológicos II, Segunda parte. Editorial Akal, España.

 

Bugonia

Sinopsis oficial: Guiados por la creencia de que es una criatura alienígena en busca de la destrucción del planeta, dos conspiranoicos obsesivos secuestran a la CEO de una gran compañía, empujando sus ideales a límites inesperados. En esta adaptación de la película coreana Save the Green Planet!, Lanthimos expresa, mediante su inquietante narrativa, los peligros de la desinformación en los tiempos modernos, a través del uso de la violencia, estableciendo un diálogo entre el ser humano y los alcances de su naturaleza.

 

Dirección:Yorgos Lanthimos

Guión: Will Tracy (con historia original del Jang Joon-hwan)

Con: Emma Stone, Jesse Plemons, Aidan Delbis, Stavros Halkias y Alicia Silverstone

Fotografía: Robbie Ryan

Edición: Yorgos Lanthimos

Música:Yorgos Mavropsaridi

Compañía Productora: Element Pictures, Fremantle, Focus Features, Fruit Tree

Distribuidor: Universal Pictures

Fecha de estreno: Estados Unidos, 24 de octubre de 2025; México, 4 de diciembre de 2025

País: Irlanda-Corea del Sur-Estados Unidos

Duración: 118 minutos

 

 

 


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