Críticas
“Pola Weiss” un indispensable retrato audiovisual
Una de las figuras más importantes del videoarte en México es Pola Weiss, figura casi ignorada en la cultura mexicana a pesar de su importancia y relevancia que ha traspasado fronteras y que le ha hecho merecedora de homenajes y exposiciones en diversos países europeos y, motivo de diversos ensayos, siendo el turno ahora a un documental de Alejandra Arrieta llamado simplemente como ella, “Pola Weiss” y que no sólo recupera su figura sino que se apoya en sus propuestas estéticas para crear un verdadero trabajo introductorio a su trabajo, personalidad y vida.
El documental es un recorrido audiovisual por Pola de una forma que ella hubiera aplaudido, narrado por su voz, la cual fue recreada a través de Inteligencia Artificial usando diverso material de archivo de ella, el trabajo se convierte en un experimento íntimo, juguetón como la creadora, lleno de vida y matices.
“Mujeres del Alba” una eterna búsqueda de justicia
El tema de la guerrilla en México es uno de los que poco han sido explotados en la pantalla cinematográfica nacional, hay una especie de recelo por realizar este tipo de cintas y ofender con ello al gobierno al turno, pero, sobre todo, a la cúpula militar, quienes pueden ver en ella los excesos cometieron contra los participantes en la hoy llamada guerra sucia. De esos años es particularmente llamativo el asalto al cuartel de Madera, en Chihuahua, llevado a cabo el 23 de septiembre de 1965 por parte de un puñado de miembros del Grupo Popular Guerrillero comandados por el maestro Pablo Gómez. Sobre el hecho, Carlos Montemayor escribió dos novelas, “Las Armas del Alba” que cuenta los sucesos del ataque y “Mujeres del Alba”, que narra lo que las mujeres cercanas a los participantes en el ataque vivieron en los días posteriores al acontecimiento. Jimena Montemayor, hija de Carlos, ha tomado el complicado camino de adaptar la segunda novela a la pantalla grande con impactantes resultados.
“Goy” cuando te enamoras de un cheto católico
Las cintas que aluden a la población judía en México siguen siendo muy pocas, como si fueran un tema tabú y algo impidiera se desarrollen esas historias, aún así, ocasionalmente llega alguna cinta que habla de ella, de sus costumbres y la forma se han acoplado al país. Llegando el turno ahora de “Goy”, la cual confronta una dura situación familiar con un país que en esos momentos vivía una de sus crisis políticas más importantes.
Malka es una adolescente judía que está por competir en las competencias nacionales de natación, cuando conoce a Chema, un muchacho no judío, que trabaja en una estación de radio el flechazo es inmediato. La familia de Malka sufre la crisis económica provocada en el centro por un candidato que ha secuestrado el lugar, llevando a varios negocios a la ruina y, cuando se enteran de la relación de ambos, la lucha entre las costumbres y las ganas de libertad se enfrentarán.
“Estoy todo lo iguana que se puede”, imposibilitada a tirarse al sol ante el eclipse
Basada en la obra de teatro de Carlos Olmos “El Eclipse”, llega la Opera Prima de Julían Robles, “Estoy todo lo iguana que se puede”, un retrato que nos confirma que pueblo chico, infierno grande, al llevarnos a los conflictos de una familia tradicional de la zona de El Palmarcito (Pijijiapan, Chiapas). Una historia que el novel director logra llevar de una forma poética, pero sin suavizar la brutalidad de su relato, desnudando la ignorancia, las fobias y la lucha de una generación por romper con las costumbres ancestrales que les atan.
En el Palmarcito, la comunidad se prepara para un eclipse de sol, la familia de la matriarca Dominga vive en un luto eterno provocado por la muerte del esposo de Mercedes, ella ejerce de forma tiránica su autoridad, la cual es replicada por su hija con sus propios hijos, la soñadora Indira y Gerardo, quien trabaja para la escuela. Por el fenómeno natural llega al lugar un fotógrafo, Mario, amante de Gerardo, y cuya presencia catalizará una serie de eventos que trastocará todo.
“Cabaña Sangrienta”, cine de horror lituano
El cine slasher pertenece al terror inspirado en las cuchilladas y cortes producidos normalmente por algún monstruo psicopático que desata su brutalidad contra jóvenes adolescentes desatados y libres de ataduras de los adultos. Normalmente, este subgénero es una forma de expresión punitiva en contra de los comportamientos socialmente incorrectos de generaciones que no siguen ni respetan los valores normalmente conservadores de la sociedad. Michael Myers, Jason Voorhees y demás figuras del horror son algunos de los más conocidos ejemplos de estas criaturas que imponen su ley a base de sangre, tripas y dolor.
Casi cuatro décadas después del gran apogeo de este tipo de cintas, el director basado en Lituania, Jonas Trukanas, decide retomar el subgénero para llevarlo a ese país con “Cabaña Sangrienta” (Rupintojelis, 2022), donde un grupo de estudiantes recién graduados sirven como carne de cañón para un demente que busca venganza después de que los jovenzuelos destruyeran unas estatuas de madera folclóricas, enseñándoles a respetar lo ajeno a base de cuchilladas y muerte.