Críticas
“Canina”, la violenta experiencia de la maternidad
La premisa, por sí misma, de “Canina” (Nightbitch), el cuarto largometraje de la directora Marielle Heller es, por decirlo de alguna manera, bastante extraña, divertida e incluso absurda, pero para hablar de lo que implica la maternidad, resulta la elección más atinada al momento de exponer con toda honestidad los cambios que ocurren en la mujer que da vida a un nuevo ser.
Es cierto que muchos de los temas que configuran el guion de esta cinta protagoniza por una Amy Adams comprometida con su personaje, no son nada nuevos desde que comenzó la discusión sobre la desmitificación de la maternidad, lo que es cierto es que pocas veces lo hemos visto desde una propuesta sin ornamentos, reprochando libremente la pérdida de identidad de la mujer convertida en madre, sus frustraciones profesionales y los sinsabores de una etapa que así como es hermosa, también tiene su parte violenta, porque sí, puede que “Nightbitch” no sea del todo redonda, pero lo que la eleva por encima de otros largometrajes temáticamente similares es ese arriesgado y controvertido aspecto en el que incide: la maternidad es violenta (o como dice el slogan, “motherhood is a bitch”).
“Queer” el trabajo más fino de Daniel Craig
Llevar a la pantalla grande las obras de William S. Burroughs es un proceso complejo, sobre todo porque el poder de sus relatos recae en lo directo de sus escritos, en el mundo tan irreal que parece retratar, a pesar de que destaca los aspectos sórdidos de la realidad. En esta ocasión toca el turno a “Queer” (Marica), título que si en 1985 sonaba agresivo a muchos, ahora puede resultar más ofensivo para los amantes de lo políticamente correcto.
Lee es un escritor refugiado en la ciudad de México, donde conoce a Eugene Allerton, un marino fuera de servicio, con el que primero entabla una amistad y luego una intensa relación que les lleva a recorrer Sudamérica mientras su relación se va deteriorando.
“Gladiador II” más grande, más sangrienta, más aburrida
Podemos afirmarlo sin temor a equivocarnos que Ridley Scott es uno de los directores que mejor saben sacar provecho a la imagenería bélica, su gran capacidad de crear situaciones épicas de batalla en pantalla es impresionante, así como su capacidad de transmitir la lucha de los individuos contra su destino, afectando emocionalmente al espectador, le hacen un visionario. Desafortunadamente, no todo sale como espera, tal y como lo demostró el fracaso monumental de “Napoleón” (2023) y, ahora, la tardía secuela de “Gladiador” (2000), la cual a pesar de estar lejos de la original, no es un desastre total, aunque casi lo es.
Han pasado dos décadas de la muerte de Maximus Decimus Meridius, su hijo vive en África pero a ambición de Roma lleva a sus tropas a conquistar esas tierras, matar a su esposa y apresarlo a él, quien se ve forzado a convertirse en un gladiador para sobrevivir, pero esto lo lleva a reencontrar su pasado y luchar por la Roma su abuelo soñaba.
“Codigo: Traje Rojo” una divertida aventura para toda la familia
Cuando llega el fin de año las pantallas se llenan de películas que buscan capitalizar las buenas intenciones de todos aquellos que se convencen que el nuevo año les traerá una oportunidad de ser mejores personas de lo que fueron todo este tiempo, ahora, arrancando la temporada, llega la cinta “Codigo: Traje Rojo” (Red One), la que, sin alejarse de esa fórmula, logra se cometido de entretener y dar esperanza.
Santa Claus ha sido secuestrado de su mansión en el Polo Norte, para localizarle se necesita la ayuda de uno de los grandes rastreadores de la época, Jack O'Malley, quien se jacta de hallar lo que sea en el mundo. Para acompañarle es asignado el guardaespaldas de Santa, Callum Drift, juntos deberán aprender a confiar en el otro para lograr que la navidad se salve.
“La Cocina” un microuniverso destinado a explotar
Alonso Ruizpalacios entrega en su más reciente trabajo cinematográfico un apabullante relato sobre las relaciones humanas, sobre la lucha por salir adelante, sobre la imposibilidad de romper con lo que uno es en el fondo, todo teniendo como marco la cocina de un restaurante neoyorquino, centro donde las tensiones, la libertad y el infierno se desatan.
Pedro, uno de los cocineros de The Grill mantiene una relación amorosa con una de las meseras, Julia, quien está embarazada y duda entre tenerlo o abortar. A su alrededor las cosas se complican cuando se reporta un robo en el lugar y el dinero faltante es la suma que se requiere para el procedimiento médico. Las tensiones entre el administrador y los empleados crece conforme el día avanza, lo que convierte el centro de trabajo en una olla de presión que va a explotar.