Críticas
“Hipnosis: Arma Invisible” un mundo sin regla y sin control
Robert Rodriguez es un director que conoce su oficio, que sabe hacer películas serie B como si fueran de grandes vuelos, buscando el espectáculo cinematográfico sin importarle muchas veces la credibilidad de lo que vemos en pantalla, pidiéndole al espectador que se una a su viaje y juegue con él, buscando crear momentos divertidos. Eso no cambia en su más reciente largometraje para salas de cine, “Hipnosis: Arma Invisible” (Hypnotic).
Hace tres años, la hija de Danny Rourke fue secuestrada en un parque, cuando un robo a un banco le revela una foto de su hija desaparecida descubre que se encuentra metido en algo que le sobrepasa. La aparición de un misterioso hombre con poderes de hipnotizar y hacer la gente cometa actos a su voluntad le obligará a hacer equipo con una mujer con esa misma habilidad mientras sigue buscando el paradero de su hija. Pero en un mundo donde la hipnosis es un arma, quizá nada resulte como parece a simple vista.
“El Caso Padilla” desnudando las maneras del régimen
Heberto Padilla, poeta cubano, activista a favor de la Revolución Cubana, cometió el único delito imperdonable dentro del régimen castrista, volverse crítico del sistema y, por ende, de las posturas de Fidel, lo que le convertiría en un paria, en un exiliado, condenado al olvido dentro de su país. Como parte de su castigo por esas actividades subversivas, el gobierno le hizo realizar un escarnio público frente a sus pares, hecho que sería filmado para la posteridad en espera de poder usarle como ejemplo, pero lo sucedido en ese día, fue todo lo contrario a lo que el régimen esperaba, convirtiéndose en un mea culpa que no dejaba a nadie impune.
Pavel Giroud, director cubano que ha hecho su carrera en España, retoma la filmación de ese desencuentro para realizar uno de los documentales más importantes de los últimos años sobre el régimen cubano y la forma en que maniataba a los intelectuales, “El Caso Padilla”, uno que desmitifica la libertad de expresión dentro de la revolución cubana y la hipocresía imperante entre los intelectuales del lugar ante el temor de ser acusados de enemigos de la revolución.
“Malintzin 17” una mirada sobre el crecer, el cuidar, el amar
Un padre amoroso guía la mirada de su hija a un nido en un poste de luz afuera de la casa, cuestionándole sobre lo que ven, estimulando su imaginación, su análisis. Ese es el punto de arranque de “Malintzin 17”, un trabajo grabado por Eugenio Polgovsky y que su hermana Mara ha llevado a termino ante el fallecimiento del reconocido documentalista mexicano, creando un sensible homenaje a su memoria.
“Malintzin 17” es la dirección de donde desde un segundo piso somos testigos de la relación padre-hija, la cual encuentra eco en la relación que establece el ave con su nido, el cual cuida mientras vigila sus huevos, cuestionando en el camino la forma en que la sociedad va destruyendo y modificando su entorno, la cual es una de las preocupaciones de Eugenio en otros trabajos y que en manos de Mara, encuentra acomodo y otra mirada.
"Yūrei" (Fantasmas) un viaje sensorial a la tradición
Cuando se deja la tierra donde se nació y se instala la gente en otro lado, se desarrolla un sentimiento que alberga tanto como la añoranza al hogar abandonado como el deseo de crear algo que le recuerde mientras asimila el lugar nuevo, con su nuevo documental, “Yūrei” (Fantasmas), Sumie García continúa explorando el viaje de los japoneses que emigraron a México y, en esta ocasión, más que respaldarse en material de archivo, decide llevarnos por un viaje experimental donde el documental y lo onírico se funden para invitar al espectador a reflexionar, maravillarse y soñar.
Como si fuéramos espectadores de una representación de teatro japonesa, unas manos danzantes nos adentran a la vida y pensamientos de los emigrantes que llegaron al norte y sur de la República Mexicana, pasando por Temixco, Perote y la Ciudad de México. Pero no son los únicos escenarios veremos, también seremos participes de una isla digital, una que representa de alguna manera el hoy en día donde todos nos movemos, donde nos desarrollamos y, donde claramente emigramos fuera de nuestra realidad. Todos los escenarios, si bien distintos en su naturaleza, influyen en aquellos que llegaron a ellos, provocando otro tipo de integración a la zona, a la cultura, a los deseos.
“El Justiciero 3” a la tercera es la vencida
En la década de los 80 llegó una serie de televisión creada por el guionista Richard Lindheim y el productor Michael Sloan (Battlestar Galactica, Kung Fu: La Leyenda Continúa) donde un agente de inteligencia retirado convertido en detective privado decidía ayudar a sus clientes a igualar sus chances ante los malvados. Su nombre era Robert McCall, mejor conocido como “The Equalizer”, que durante cuatro temporadas contó con un excelente trabajo por parte de Edward Woodward, nominado cinco veces al Emmy por este papel.
Casi tres décadas después de ser estrenada esta serie ‘policial’ de culto, llegó el realizador Antoine Fuqua junto al ganador del Óscar, Denzel Washington, para revivir esta franquicia con drásticos cambios pero que conservaba la esencia de este Justiciero con una entrañable línea moral que, aunque ahora no ejercía como detective privado, seguía con esa inherente vocación de ayudar al prójimo a salir de sus problemas, incluso si eso derivara en eliminar a todos de la faz de la tierra.