Los biopics siempre tienden a resaltar los mejores momentos de las personas retratadas, minimizando sus defectos y peores momentos para crear el sentimiento de que estamos presenciando la vida de alguien extraordinario que siempre logró cumplir sus sueños sin traicionarse y siendo edificante a pesar de todo, es por eso que cuando salen algunos que se atreven a mostrar el lado oscuro de las personalidades encuentran casi siempre el rechazo de la mayoría, pero no el de sus verdaderos seguidores, como será el caso de “Better Man”, el que retrata el ascenso a la fama de Robbie Williams, paso que en realidad es un descenso a los infiernos.
“Better Man” nos lleva a recorrer la vida del cantante desde su infancia, cuando con su padre admiraba a Frank Sinatra en la televisión, el abandono de éste cuando decide dejar a la familia para seguir su sueño de ser un entertainment de tiempo completo. Seremos testigos de su llegada a Take That, la forma en que la llegada de la fama le hace explotar sus deseos de sobresalir mientras se vuelve adicto a las drogas. Veremos cómo su espiral de autodestrucción casi le cuesta la carrera y la forma en que logra hacer las paces consigo mismo. Todo mientas lo vemos como él se ve, como un simio.