Críticas
“Ni Tuyo Ni Mía” nadie le pertenece a nadie
La comedia romántica mexicana, como sus dramedys, es como un inmenso pastiche, todas se parecen a la anterior, reciclando no sólo historias sino actores, siempre dando salida a los mismos rostros, a los mismos directores, a las mismas ideas, sin arriesgar, sin proponer nada. Es entonces cuando aparecen cintas como “Ni Tuyo Ni Mía” la cual nos trae por lo menos rostros frescos a la pantalla y que tiene la fortuna de ser llevada con inteligencia.
Amanda vive en su mundo ideal, un trabajo de ensueño en una institución benéfica, un marido que cumple sus expectativas económicas, una casa inmensa, pero cuando descubre que su pareja la está engañando con la pareja de un músico callejero decide hacer algo para salvar su matrimonio, acudiendo al músico y creando una alianza para que ambos recuperen a sus parejas, aunque en el proceso entenderá que las personas no le pertenecen a nadie.
“Jungle Cruise” tengo la impresión de que ya lo vimos antes
Disney sigue con la tendencia de llevar a la pantalla grande adaptaciones de sus atracciones de parques de diversión más populares, por lo que ahora toca el turno a “Jungle Cruise”, la cual data de 1965 y lleva a los visitantes por un viaje en rio por lugares llenos de peligro, donde los animales salvajes, las cascadas, las tribus caníbales y las pirañas tienen su momento. Desafortunadamente la adaptación cinematográfica no resulta del todo afortunada.
La doctora Lily Houghton, botánica, decide ir al Amazonas para buscar un mítico árbol cuyas hojas servirán para curar cualquier enfermedad, en su travesía la acompaña su hermano, por lo que renta un bote que le llevará a donde el mapa que posee señala. En su camino deberá enfrentar no sólo los peligros de la selva sino a un maniaco general y a seres sobrenaturales que buscan el árbol para sus propios fines.
“Jungle Cruise” comienza a mostrar sus inconsistencias desde la elección del director, Jaume Collet-Serra, quien se ha especializado en una carrera llena de altibajos, donde puede entregarnos un trabajo más que sobresaliente o uno que no sirve para nada, siendo este uno de los mediocres, donde el ritmo está ausente y la emoción escasea aunque se supone estamos ante una cinta de aventuras.
“La Última Gran Estafa” añorando esa última película
El cine que aboga por la nostalgia es siempre un gancho para el espectador, el cual acude para ver a viejas (y a veces olvidadas) glorias en un papel que saque algo de lo que les hacía grandes en su momento. En la mayoría de los casos, el abuso del tema lleva no sólo a grandes desilusiones sino a películas endebles y que carecen de sentido, pero muy de vez en cuando, surge algo como “La Última Gran Estafa” (The Comeback Trail) que da justo en el clavo.
Max Barber es un productor de cintas clase z en Hollywood, cuando su último fracaso lo enfrente a uno de sus inversionistas, el mafioso Reggie Fontain, debe desprenderse de una sus posesiones más valiosas, un guión que puede volver ganador del Oscar a quien lo realice. Cuando descubre que si asegura a un actor por muerte accidental puede ganar mucho dinero, toma uno de los múltiples trabajos tiene para producir y planea una gran estafa que lo saque de deudas. Pero en el mundo del cine, la magia aparece donde y cuando menos la esperas.
“Little Girl” cuando nadie quiere ver que no eres quien ellos quieren seas
El documental cuando está bien realizado se convierte en un vehículo donde el espectador puede involucrarse y emocionarse con lo narrado, dejando atrás la recolección de imágenes y de ideas que no conducen a nada más que ilustrar una situación. Ahora nos llega de Francia un trabajo que sacude, que cuestiona las mismas ideas de quien lo ve, el extraordinario “Little Girl” (Petite Fille).
Sasha no comprende porque no le permiten ser quien es. A sus siete años no se identifica con nada masculino y se encuentra segura de que es una niña, quiere vestirse como una, ser una niña. Pero los adultos complican todo, cuestionan todo y no le dejan ser.
“Viejos” cuando nos percatamos que el tiempo ha volado
Night Shyamalan es un director de altibajos, así como nos puede entregar cintas increíbles como “Señales” (Signs) o “Los huéspedes” (The Visit) nos puede mostrar cintas como “La dama en el agua” (Lady in the Water) o “Después de la Tierra” (After Earth), por lo que siempre que estrena un nuevo trabajo se convierte en un volado donde no sabemos que encontraremos, solo con la certeza de que por lo menos habrá un producto bien realizado técnicamente aunque falle en sus intenciones.
El matrimonio de Prisca y Guy atraviesa un mal momento y antes de separarse deciden llevar a sus hijos, Trent y Maddox a una última vacación familiar, en un resort exclusivo. Cuando son invitados junto a otros huéspedes a conocer una playa privada, no pueden imaginar que estarán atrapados en un lugar donde es imposible salir y donde cada media hora el organismo humano envejece un año.