2024

“La Mesita del Comedor” una cinta para perder la cabeza

Pocas veces podemos encontrar una película tan incómoda, tan dolorosa, tan inquietante como la cinta española “La Mesita del Comedor”, drama de terror [¿comedia de horror negro negrísimo?] que toma al espectador de la mano para llevarle a los infiernos, hundiéndole a cada paso sin darle oportunidad de zafarse y escapar, un trabajo que no es para los débiles de corazón, para los débiles de estómago, fascinante y retorcido como pocos.

Jesús y María mantienen una relación dominada por ella, quien determina cada aspecto de su vida, hasta el nombre de su primogénito. Cuando él elige la mesita de comedor que decorará el hogar, poca idea tiene que las promesas de que les traerá felicidad dictadas por el vendedor, en realidad se convertirá en un delirante principio de un descenso a los infiernos del cual no tendrán escapatoria.

“Chicas Pesadas” el plástico es para siempre

 

En el 2004 se estrenaría “Chicas Pesadas” (Mean Girls Waters) una comedia romántica que tendría éxito en taquilla y se convertiría, al paso del tiempo, en una cinta de culto. Escrita por Tina Fey quien había leído el libro “Queen Bees and Wannabes: Helping Your Daughter Survive Cliques, Gossip, Boyfriends, and Other Realities of Adolescence” de Rosalind Wiseman, el cual mostraba las forma agresivas se comportaban los grupos de chicas populares con aquellos que no, tomándole de base para escribir el guión. La cinta daría pie a una olvidable secuela en 2011 y, a un musical de Broadway (2017). Ahora llega la adaptación fílmica de ese musical, el cual resulta una agradable experiencia.

Cady Heron acaba de mudarse con su familia de Kenia a Estados Unidos, haciéndose amiga de Janis y Damian, quienes la introducen a los grupos de la escuela, entre ellos las peligrosas "Plásticas”, comandadas por Regina George, una tiránica porrista. Cuando Cady se enamora a primera vista del ex de Regina, ésta lo atrae de vuelta, sólo para demostrar su poder, lo que lleva a una encarnizada lucha por el poder de las “Plasticas”.

“Los Que Se Quedan”, abrazando las similitudes y diferencias con el otro

Las fechas decembrinas son pretexto para la llegada de las típicas películas que muestran la solidaridad humana, la necesidad de apoyarnos los unos a los otros, la importancia de la cercanía y comprensión. Por lo regular cintas chantajistas, de fórmula, sin mayor trascendencia que la de ser vistas esos días y luego ser olvidadas para dejar espacio a las que vendrá el próximo año. Pero hay rarezas, “Los Que Se Quedan” (The Holdovers) es una de ellas.

En la Academia Barton, Paul Hunham, profesor de historia, es comisionado para cuidar a los alumnos cuyos padres no podrán recibirlos en las fiestas decembrinas, quedando cinco de ellos bajo su tutela. Cuando uno de ellos consigue que su padre lo recoja y acepte a sus demás compañeros, sólo Angus Tully se queda en el campus junto al profesor y la cocinera. El trato diario, el abrirse al otro, hace que poco a poca la interacción entre los tres cambie, enseñándoles que su soledad ha desaparecido.

“Dogman” desquiciadamente aburrida y predecible

Pocas veces abandono una película, menos salirme de una sala de cine, “Dogman” logró impulsarme a hacerlo, no sólo por el inmenso aburrimiento me estaba provocando, no sólo por el sueño causado, sino también por la descarada artimaña de intentar hacer una cinta para doglovers sin mayor sentido que demostrar el amor a los perros, olvidando la trama y la dirección.

Douglas Munrow ha sido detenido, encontrándose en su camión una jauría. Interrogado por la psicóloga de la prisión, conocemos su pasado en una familia extremadamente religiosa, la furia de su padre que le ha dejado con una bala en la columna vertebral, su ruptura de corazón, la forma en que sus perros se volvieron su familia y la forma en que éstos le obedecen de forma natural, su paso por el robo y su misión de vengador canino anónimo.

“No Quiero Ser Polvo”, buscando la luz en las sombras

Muchas veces nos hemos quejado de la incapacidad del cine mexicano para realizar cine de ciencia ficción, también he dicho que mi película mexicana del género es “Utopia 7” (Laborde, 1995), por lo que ahora resulta muy grato decir que he agregado otra cinta a ese listado, la inquietante “No Quiero Ser Polvo”, el nuevo trabajo de Iván Löwenberg.

Bego, un ama de casa en plena crisis de la mediana edad, vive aburrida y temerosa de ser intrascendente, sin embargo, su vida toma un rumbo misterioso una vez que ingresa a una secta que predica tres días de oscuridad. Convencida de que el hecho es real y no una estafa, hará todo para convencer a su gente cercana de ello.

“Aguas Siniestras” una piscina mortal para una nadadita nocturna

El cine de género es el pretexto ideal para ir con los amigos al cine, para pasar un rato divertido con historias tontas en la mayoría de las veces y, para pensar en lo que uno haría en una situación parecida, ahora, para arrancar el 2024 en México llega “Aguas Siniestras” (Night Swim), la cual no le apuesta al scare jump sino a intentar crear una atmósfera inquietante, creando una película olvidable pero que mientras dura mantiene la atención en pantalla.

El beisbolista retirado Ray Waller se instala con su familia en una gran casa con piscina al fondo, las aguas de ella comienzan a curar las enfermedades tiene, pero desata una serie de sucesos sobrenaturales que buscan cobrar la vida de los miembros de su familia.

La cinta es dirigida por Bryce McGuire, quien resulta un artesano competente al desarrollar una historia propia bajo la batuta de dos de los nombres fuertes del cine de terror actual, James Wan y Jason Blum, es de aplaudirle que no se decanta por una cinta sangrienta o una donde se abuse de los sustos baratos, apostando en cambio por intentar crear una atmósfera sobrecogedora, aunque desafortunadamente no siempre lo consigue, creando una cinta de altibajos (más bajos que altos) pero que entretiene y lograr provoca algo en algunas secuencias.