Críticas

“Los Días Que No Estuve” fueron de perros persiguiéndose la cola

Invariablemente llega el momento en que te miras y te dices “¿qué estoy haciendo? ¿Vale la pena la vida he creado? ¿Los círculos de amistad, laborales?” y te dan ganas de agarrar una mochila, meter un par de cambios de ropa y desaparecer y reinventarte. Pocas personas lo hacen, la mayoría se sumerge de nuevo en ese letargo y se olvidan de si mismas.

Héctor Medellín es un patiño televisivo, reconocido por sus payasadas en el show, un día recibe una llamada de su hija, a la que abandonó hace diez años, para avisarle su madre está hospitalizada al borde de la muerte, por lo que decide viajar al encuentro. La situación se desborda y él toma la decisión de desaparecer sin dejar huellas, todo parece funcionar hasta que el destino le vuelve a poner a su hija frente a él.

“La Calle del Terror 2: 1978” un retorno al slasher clásico

“La Calle del Terror Parte 2: 1978” (Fear Street Part 2: 1978) arranca inmediatamente donde concluyó la primera entrega, lo que se agradece ya que no hay tiempo perdido y en cambio sí ayuda a que tengamos un puente a los acontecimientos se narran en esta entrega, la cual sirve para saber cómo se ha salvado una de las pocas sobrevivientes de los asesinatos, llevándonos a Lago Cristal Camp Nightwing en 1978.

En 1978 las hermanas Berman, Cindy y Ziggy, se encuentran en Camp Nightwing, una como consejera, la otra como participante, cuando en la noche del reto más importante del campamento el espíritu de Sarah Fier posee a uno de los chicos de Shadyside  y comienza una nueva matanza, sólo un viejo diario les dará la clave para frenar la maldición de la bruja.

“Calles en Guerra” a veces la mejor opción es tomar la avenida

El cine de bajo presupuesto en muchas ocasiones permite mayor libertad para tratar temas que los grandes estudios les da miedo reconocer existen, temas de violencia, de sexo, de drogas, todo aquello que aleja a las buenas consciencias de las salas de cine. Desafortunadamente son más aquellas que sirven sólo para que algún director experimente con la historia y el manejo de cámaras, brindando resultados mediocres y fallidos, como sucede con “Calles en Guerra” (We die Young).

Lucas, de 14 años, sirve a la pandilla local en Washington de los Mara Salvatrucha, cuando descubre han reclutado a su hermano de 10 decide escapar con él, en su huida toparán con un veterano de guerra quien se verá involucrado en los hechos, desencadenándose un baño de sangre donde nadie saldrá inmune.

“La Calle del Terror Parte 1: 1994” de Sarah Fier nadie se salva

El cine de terror se encuentra en un momento complicado en todo el mundo, las historias son más que conocidas para lograr atrapar la atención del espectador, sin contar que el abuso del scarejump más básico no ayuda en nada. Pocas son las que logran destacar y más cuando es notorio que descansarán en el cliché del género, una de ellas es “La Calle del Terror Parte 1: 1994” (Fear Street Part 1: 1994), primera de una trilogía.

Shadyside, Ohio, es un lugar donde todo lo malo puede ocurrir, como esporádicas matanzas que marcan a las generaciones de adolescentes. En 1994 se produce una de ellas de nuevo y un grupo de amigos deberá hallar la respuesta a lo que ocurre si desea permanecer con vida. Pero una cosa parece segura, de la maldición de Sarah Fier, nadie se salva.

R.L. Stine es mejor conocido por su eterna saga de libros encapsulados bajo la franquicia de “Escalofrios” (Goosebumps), los cuales narran historias de miedo para niños y pubertos, de los cuales lleva escritos más de un centenar, pero no sólo ha escrito para ellos, también ha buscado a la generación que sigue, sus lectores que han ido creciendo, siendo “Fear Street” los escritos que buscan ese propósito y que ahora llegan a la pantalla en una trilogía distribuida por Netflix.