El cine de animación continúa evolucionando y perdiendo un poco en el camino el sentido de hacer cosas que no podrían existir en la realidad, creando personajes y mundos cada vez más realistas que llevan a preguntar si vale la pena el esfuerzo de hacerlo animado o mejor dirigir un live action. Afortunadamente aún hay películas que apuestan por esos mundos imaginarios, como el caso de Sing: ven y canta, donde el juego de la imaginación aún tiene mucho peso.
El koala Buster es el propietario y administrador de un teatro que está a punto de ser embargado ante el fracaso de las últimas obras se montaron ahí. Para impedirle convoca a una audición para un espectáculo con gente común que sepa cantar, pero un error de impresión crea falsas expectativas en los que buscan entrar a él. Entre aquellos que concursan se encuentra Rosita, una cerda ama de casa aburrida de la vida; Ash, una puercoespín adolescente; Johnny, un gorila cuyo padre se dedica al hurto; Meena, una elefante con problemas de pánico escénico y; Mike, un odioso ratón.


En Inercia, una cuarentona deslucida Lucía se hace cargo de Felipe, su guapo aunque cateado exnovio al que, sin querer, reencuentra recluido en un hospital. Tras el encuentro, se deja caer en el influjo amoroso que se ha inventado. Las dinámicas de lo que vemos nos inducen a creer que es el segundo, y quizá último, round de una pareja que nunca lo fue.
Desde que George Lucas se deshizo de Lucas Films vendiéndole a la odiosa empresa del ratón, los fans de las sagas de Indiana Jones y La Guerra de las Galaxias (Star Wars) temieron lo que Disney haría con esos productos, temiendo que abaratara esos universos por hacerles encajar dentro de los esquemas de las cintas que produce la compañía, reinos de ultraderecha donde lo políticamente correcto es lo que domina. Si bien Jones aún no ha sido tocado, La Guerra de las Galaxias ya conoce una cinta nueva dentro de la cronología oficial y un llamado spin off de la misma, Rogue One, la que resulta una brutal sorpresa hasta para los detractores más duros de esa compañía.
Tijuana es la ciudad escogida para narrar un día en la historia de una familia convencional que se desmorona de una manera también convencional: el padre en sus últimos cuarenta ha perdido el empleo desde hace días pero no ha querido avisarle a su familia, llevando a cabo el simulacro diario de salir a su trabajo para buscar un nuevo lugar en el mundo laboral cerrado ya para alguien de su edad, mientras las deudas de la casa se le acumulan y el compadre ya no puede prestarle más dinero. La madre ya no tiene para el gimnasio ni para los servicios del edificio departamental donde viven, pero las atenciones de su entrenador la mantienen en tensión sexual irresuelta, mientras se da cuenta que su hija se encuentra en una relación lésbica. La hija adolescente se la pasa de pinta picando y calentando a su amiga de la escuela que la quiere de pareja, mientras el novio desconoce que él y su rival femenina se encuentran en el limbo de la indecisión juvenil. Y para cerrar este día de miopías asumidas como evasión, el hijo joven descubre que su novia está embarazada –y estupefacta por la noticia- mientras una serie de sueños con su hijo aún por nacer, le obnubilan a este la visión de un presente en el que reprueba exámenes y donde invita a su profesor a hacer lo que quiera con él, para luego echarse acobardarse. Las consecuencias de todo esto terminarán por imaginarse –en la mente del espectador- de manera también convencional.
En épocas navideñas siempre se estrenan cintas que tienen como ambiente el mundo navideño, buscando crear la hermandad que algunos buscan en estas fechas, siempre buscando destacar los valores humanos de las personas. Ocasionalmente llega dentro de este tipo de cintas alguna que decide sacar toda la mala leche acumulada durante el año, a veces con resultados fallidos y otras con buena fortuna, como es el caso de Fiesta de Navidad en la Oficina (Office Christmas Party) la cual sin buscar descubrir el hilo negro se divierte con los clichés de estas cintas.
La nueva cinta del director Alejandro Jodorowsky, Poesía sin Fin inicia donde culmina
Jacques-Yves Cousteau es uno de los aventureros más importantes del siglo XX, varias generaciones han crecido soñando con seguir sus pasos y conocer el mundo marítimo de la forma él lo hizo. Sobre su vida existen varios documentales que le siguen explorando los secretos de la fauna marina. Ahora, en el 2016, se estrena un biopic dirigida por Jérôme Salle y protagonizado por Lambert Wilson, Pierre Niney y Audrey Tautou: L'Odyssée.
Un hombre gay regresa a su pueblo francés para reencontrarse con su familia –con la que ha mantenido contacto a través de públicas y escuetas postales- y con la alienación que le hizo alejarse de ese grupo hambriento de amor y lleno de sutiles reclamos.
La quinta entrega de la saga Inframundo (Underworld) si bien es un producto superior a la cuarta entrega de la misma, continúa demostrando que seguir explotando ese territorio es algo estéril y sin emoción, copia de otras películas y ahora, hasta series de televisión, explotando un look a lo Game of Thrones que en lugar de beneficiarle le afecta completamente.
A los 54 añosTom Cruise sigue empeñado en seguir haciendo cine de acción y hay que aceptar que a pesar de que ya comienza a verse algo grande para ello, sigue siendo entretenido verle en pantalla realiza sus acrobacias y clichés. Es por eso que Jack Reacher 2: Sin Regreso (Jack Reacher: Never Go Back) no decepciona en ese aspecto aunque dista mucho de ser perfecta.
La crítica musical retirada, Clara, tiene 65 años, le ha ganado la batalla al cáncer, a los prejuicios de haber amado a un hombre casado y ha logrado sacar adelante a tres hijos –dos de ellos bien avenidos con sus parejas y una recién divorciada que parece una adolescente rebelde. Es entonces que le piden vender el departamento donde habita, para reconstruir todo el edificio –llamado Aquarius- y convertirlo en un edificio hipster.
A pesar de las habladurías de sus vecinas tradicionalistas, la Francia contemporánea admite igual que Nesrine, una joven estudiante logre su sueño de ser doctora obteniendo becas que premian su esfuerzo exhaustivo, y que su hermana Souad (estudiante fodonga) se dedique a la vagancia y viva en el estupor emocional que le causa el que su madre sea una afanadora que apenas habla francés.
Feratum, Festival de Cine Fantástico, Terror y Sci-fi se ha consolidado como una opción para poder acceder a cintas de género que de otra forma sería casi imposible de ver, por lo que el descubrir trabajos independientes de cine nacional que muestran directores con talento para manejarles se vuelve un placer. Una de las cintas que se pudo descubrir en esta edición fue 