Cuando se hace cine que tiene que ver con el holocausto judío y la forma en que los nazis se apoderaron de todo y maltrataron a toda una raza, casi siempre se cae en el melodrama barato, en la manipulación y en el cliché de los malos malos y los ultrabuenos. Afortunadamente La Dama de Oro (Woman in Gold) no cae en ese estereotipo y a pesar de que hace mención a la situación de los judíos durante la Segunda Guerra Mundial, lo que en el fondo hace es una dura crítica a aquellos que dicen lamentar lo sucedido pero que en los hechos no buscan cambiar aún la situación.
Maria Altmann, refugiada judía en Estados Unidos, busca recuperar el cuadro Retrato de Adele Bloch-Bauer I, de Gustav Klimt, propiedad de su familia y arrebatado por los nazis durante la invasión a Viena. Para ello cuenta con la complicidad del abogado E. Randol Schoenberg quien se embarcará con ella en un complicado lío legal que les llevará a demandar a Austria.