Hay ocasiones en que las llamadas comedias románticas resultan en algo que se aleja de los recetas habituales, creando su propia forma de narrar esas historias y así involucrar de otra forma al espectador. Una de esas cintas es “Dime Cuando Tú”, la cual más que la comedia romántica que parece insinuar es un drama con tintes de comedia, la cual se permite jugar con el punto de vista masculino de la historia.
A la muerte de su abuelo, Will viaja a la ciudad de México para cumplir una petición que éste le ha hecho, el recorrer diferentes lados mientras cumple ciertas metas. A su llegada conoce a Dani y sus amigos, con los que desarrollará una amistad que pronto se vuelve algo más hacía ella, pero las relaciones personales siempre resultan más complejas de lo que prometen las películas.


El adaptar una obra de teatro al cine es una labor inmensa, los lenguajes de representación son diferentes y el poder crear dos obras diferentes que funcionen en cada escenario al que va destinado es muchas veces una labor que fracasa. Y si bien tenemos notables excepciones, una de ellas “Almacenados”, hay muchas que fracasan estrepitosamente al no poder ser algo más que teatro filmado, como el caso de “El Gallinero” que jamás logra ser otra cosa que teatro.







El cine contemplativo tiene sin duda sus seguidores, el retrato de una realidad pausada donde no ocurre nada le parece a mucha gente uno de los grandes fines del cine al retratar la vida tal cual es, como una extensión del cine documental etnográfico y donde la acción está determinada por lo que dicta lo “natural”. Una de esas cintas es “Ricochet”, ganadora del premio a Mejor Actor en el pasado Festival Internacional de Cine de Morelia.


