Hay cintas que te conmueven, que te llevan a reflexionar sobre las situaciones y relaciones estableces con el otro, que te llevan a experimentar horrores, amores, luchas internas, tal es el caso de “La Montaña” (The Mountain), la cual nos lleva al proceso de concientización de un joven que descubre en las faldas de la locura que, quizá, los enfermos no son aquellos que se alejan de la sociedad sino los que buscan hacerles encajar a la fuerza en ella.
Andy ha tenido que vivir a la sombra de su estoico padre desde que confinaron a su madre en un sanatorio. Un conocido de la familia, el doctor Wallace Fiennes, le da empleo como fotógrafo para documentar la gira con la que promueve el controversial método de la lobotomía. Cuando llegan a una ciudad montañosa en California, un lugar ideal para el creciente movimiento New Age, se encuentran con un peculiar sanador quien les pide que le realicen una lobotomía a su hija Susan.