La intención de AMLO de eliminar los fideicomisos del cine, entre otros 43, para contar con recursos para la epidemia del Covid 19 y sus planes de gobierno, bajo el pretexto de evitar la escandalosa corrupción con que operaban, no es justa, ni adecuada para nuestro cine y es violatoria de la constitución de la república y de los tratados internacionales de los Derechos Humanos y de la Diversidad Cultural.
A su decir, la desaparición de FOPROCINE y del FIDECINE, no afectará el gasto comprometido de 142 millones para la producción cinematográfica mexicana del 2020, ya que esta partida se re direccionaría directamente al IMCINE para que desde ahí se administre “correctamente”. ¿Será?
En su mañanera del 28 de mayo, el presidente afirmó que “…así este año todos tendrán su apoyo y no como antes que se lo repartían y adjudicaban entre unos cuantos, de forma opaca, sin rendición de cuentas a través de funcionarios inescrupulosos”. Así se trataría de evitar la gran corrupción vivida en los últimos años. ¡Si tiene datos Sr. Presidente, ponga a trabajar a la Función Pública!
De inmediato surge la pregunta, si el gasto está garantizado ¿Por qué la comunidad fílmica está sumamente preocupada por el destino de los fideicomisos fílmicos públicos?