Los biopics siempre corren el riesgo de ser versiones endulzadas y poco creíbles de las personas a las que retrata, más cuando las personas retratadas aún se encuentran vivos y deben de alguna manera autorizar lo narrado, por lo que la necesidad de mostrarse como los buenos de la historia es imposible de eludir. Esa es una de las cosas en que “Rey Richard: Una familia ganadora” (King Richard) halla su punto más débil, aunque en el balance general logra sortearle con acierto y gracia.
Richard Williams tiene el plan perfecto para que sus dos hijas menores puedan dejar atrás la zona en la que viven, las entrena para ser las mejores jugadoras de tenis de la historia, pero para lograrlo debe luchar contra las carencias económicas, el escepticismo de los demás y, sobre todo, el hecho de que son dos chicas negras. Armado con un plan de vida que ha trazado hasta en el mínimo detalle, pondrá todo su empeño para que sus hijas, Venus y Serena, logren su meta.