Hay cosas que vale la pena evitar y “Chilangolandia” es una de ellas. Una película que busca ser una sátira de los habitantes de la ciudad de México pero que en los hechos demuestra que su perpetrador no puede ir más allá de clichés televisivos y de una comicidad retrógrada que piensa que la comedia consiste en decir groserías sin ton ni son para que la gente se ría al escucharlas. De lo peor hemos visto y seguramente veremos en un largo rato.
En un día la vida de todos puede cambiar en la ciudad de México. Somos testigos de los intentos de llevar a un futbolista amateur a su primera cita profesional; la pérdida de un maletín con diez millones de pesos que cae en la mano de un matrimonio de clase baja de Ecatepec; todo con la corrupción política que impregna el país.