2021

Estamos viviendo un revival del cine de ladrones, después de que en los últimos años todo giraba en torno a los antihéroes, a los criminales que hacen las cosas por el bien de otros, ahora retomamos el mundo del hampa donde lo que se busca es ganarle la batalla al orden por el bien (del bolsillo) de algunos. Bajo esta perspectiva llega “Asalto a la Casa de Moneda” (Way Down / The Vault), un eficiente y entretenido thriller.

Tom tiene una mente privilegiada, su solución ante un derrame petrolero le ha ganado la atención de consorcios internacionales que lo desean en sus filas, pero en lugar de firmar con ellos se une al equipo de un cazador de tesoros que desea recuperar parte de un botín que la policía le ha decomisado, el cual se encuentra en el Banco de España, un sitio imposible de robar. Con el reto en mente todo el equipo hallará la forma de introducirse, llegar a la bóveda y resolver el desafío que este representa.

La lucha libre mexicana tiene sus características que la hacen única, sus héroes enmascarados atrapan la atención y la imaginación de la gente, se vuelven míticos, ese fanatismo que despiertan hace que surjan varias historias míticas al respecto a ellas y ahora, desde Canadá, nos llega un extraordinario mockumentary sobre “Ángel Dorado” quien fue el encargado de frenar muchos de los ataques del tercer Reich en el continente americano, el título no podría ser más acertado: “Operation Luchador”.

“Operation Luchador” es dirigida por Alain Vézina quien sigue consolidando una carrera en el cine de género y que ahora no sólo nos entrega un fascinante estudio de la lucha libre y sus personajes, sino que se da la oportunidad de desarrollar a sus anchas las teorías de la conspiración que sitúan en Argentina el destino de muchos miembros del partido nazi alemán. Realiza un extraordinario trabajo de investigación iconográfica, jugando con las imágenes y hechos de tal forma que para un espectador despistado, lo narrado podría ser más que real.

En los últimos años han llegado a México diversas producciones rusas que no tienen nada que ver con el cine que se acostumbraba ver de ese país, muchas cintas futuristas de ciencia ficción, de terror, y ahora toca el turno a “Contra el Fuego” (Огнь) un drama ambientado en los incendios forestales que azotan la región.

Un grupo de bomberos del Servicio de Protección Forestal Aéreo ruso se encuentran sin las herramientas adecuadas para frenar un incendio que se transmite por la copa de los árboles, amenazando con devorar todo a su paso, incluida una pequeña villa donde se celebra una boda. Con el tiempo encima y el fuego imparable, actos de heroísmo, camadería y tragedias, se hacen presentes.

Érase que era una película mexicana sobre la búsqueda de la identidad, de la confrontación de lo actual con el pasado, de las imposibilidades de romper con las tradiciones, del amor romántico, del respeto a la abuela. Érase que era una película mexicana que a través de la sátira buscaba crear una reflexión en el espectador. Érase que era un lugar donde decir “Viva Villa, Villa Villa, Viva Villa” en los tacos de don Chente, te garantizaba un agua de horchata en tu orden de moronga.

Tres hermanos chihuahuenses, que nunca han salido de su rancho en el que viven con su abuela gringa, una noche de eclipse lunar tienen una visión que los lleva a salir en la búsqueda de la cabeza perdida de Pancho Villa. Acompañados de su única yegua, los hermanos se aventuran en el mundo, donde se encuentran con todo tipo de rarezas.