Bruce Willis saltó a la fama como héroe de acción en 1988 al protagonizar la cinta Duro de Matar (Die Hard John McTiernan) donde interpreta a un detective de Nueva York que se ve en medio de un acto criminal que debe detener. La cinta tuvo una secuela un poco menos afortunada en 1990 y una tercera parte que se apartaba de la fórmula pero que aún conservaba el encanto de la saga. Cuando en 2007 se estrenó la cuarta parte era obvio el producto estaba agotado y sólo le anteponían la palabra duro de matar para vender más boletos pero con Duro de Matar: Un Buen Día Para Morir (A Good Day To Die Hard) el producto demuestra no sólo estar agotado sino que por fin duro de matar ha sido asesinado.
La quinta parte de Duro de Matar asemeja más a un producto bastardo de Misión Imposible que a las aventuras del Detective McClane, en esta ocasión viaja a Rusia para estar en el juicio de su hijo, quien asesinó a un secuaz de un corrupto político ruso. El día del juicio se revela que lo hizo para ayudar a escapar a un preso político, al cual logra salvar de un atentado en la corte. Padre e hijo deben unir fuerzas para sobrevivir en Rusia.