El cine de terror se encuentra en un momento complicado en todo el mundo, las historias son más que conocidas para lograr atrapar la atención del espectador, sin contar que el abuso del scarejump más básico no ayuda en nada. Pocas son las que logran destacar y más cuando es notorio que descansarán en el cliché del género, una de ellas es “La Calle del Terror Parte 1: 1994” (Fear Street Part 1: 1994), primera de una trilogía.
Shadyside, Ohio, es un lugar donde todo lo malo puede ocurrir, como esporádicas matanzas que marcan a las generaciones de adolescentes. En 1994 se produce una de ellas de nuevo y un grupo de amigos deberá hallar la respuesta a lo que ocurre si desea permanecer con vida. Pero una cosa parece segura, de la maldición de Sarah Fier, nadie se salva.
R.L. Stine es mejor conocido por su eterna saga de libros encapsulados bajo la franquicia de “Escalofrios” (Goosebumps), los cuales narran historias de miedo para niños y pubertos, de los cuales lleva escritos más de un centenar, pero no sólo ha escrito para ellos, también ha buscado a la generación que sigue, sus lectores que han ido creciendo, siendo “Fear Street” los escritos que buscan ese propósito y que ahora llegan a la pantalla en una trilogía distribuida por Netflix.